El librito de Gil Villa tiene una primera parte realmente atractiva. La
segunda es un decálogo gracioso, pero difícil de asumir. Comentamos sólo algunos aspectos que pueden dar pie a reflexiones interesantes:
- Burocratización: se busca la proletarización del docente,
que cada vez más tiene que limitarse a obedecer órdenes que emanan de la
autoridad. Se acallan las emociones y las conciencias para seguir sólo la
norma, lo que dicte el procedimiento burocrático. Hay una burocratización
creciente, una hiperinflación normativa. Y una obsesión creciente por la
consecución de resultados, olvidando la importancia del proceso.
- Aboga por recuperar algo del humanismo perdido practicando la
enseñanza presencial y boicoteando la enseñanza virtual. El uso de las nuevas
tecnologías como sustituto de la relación pedagógica alumno-docente, aunque sea parcialmente, ¿es realmente una ventaja? No parece tan claro a la vista del
artículo de Le Monde al respecto (mencionado en http://www.escuelawaldorf.edu.mx/foroescuela/)
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