EL DÍA DE LA FALDA (2009), de Jean-Paul Lilienfeld
Sinopsis (Filmaffinity): Sonia Bergerac, una profesora de un instituto conflicitivo, donde la
mayoría de los alumnos son inmigrantes árabes y negros, está desquiciada de
tanto lidiar con sus irrespetuosos y agresivos alumnos. Un día, durante una
clase, descubre una pistola en la mochila de un alumno, la coge y, dominada por
la confusión y los nervios, la usa para retener a los chicos como rehenes.
Película inquietante, tensa y con un final sorpresivo. Reivindicar
el uso de la falda por parte de una profesora degenera en un conflicto que
intuimos que no puede acabar bien. Ser espectadores de una situación límite nos
lleva a preguntarnos: ¿cuántas veces estamos los docentes a punto de cruzar ese
límite invisible en que el diálogo con
un alumno se acerca a la coacción?
¿Cuántas veces nos hemos visto en la situación de estar a punto de traspasar la línea que se dibuja
entre el uso de los argumentos y el uso
de la fuerza?
¿Educar es “violentar” voluntades? “El día de la falda” es una
película llena de violencia, pero de violencia de todos contra todos, alumnos
contra alumnos y profesores, y profesores desnortados que se sienten poderosos
cuando ocurre de repente un incidente crítico, cuando aparece un elemento
mágico (una pistola) que otorga un poder omnipotente nunca antes disfrutado. Al verla nos cuestionamos la diferencia entre convencer, ejercer la fuerza, ejercer la coacción, y ejercer la violencia, incluso
la “legítima” o “legal”.
La escuela francesa se presenta como una institución
burocratizada y deshumanizada, en la que a pesar de cumplir a duras penas con
su función de movilidad social, es incapaz de evitar el racismo, el machismo y
el maltrato.
Los planos mostrando cadenas que aíslan espacios y cierran
puertas bien pueden representar una concepción cerrada de la escuela, ajena muchas
veces a la realidad que la rodea. Una escuela que se asemeja a veces a otras
instituciones “totales” (hospitales, cárceles, etc), donde es fácil entrar pero mucho más difícil salir. Y
en este caso, incluso es difícil salir con vida.
José Ignacio del Barco
Y para nuestra próxima reunión, queda pendiente el tema que apenas esbozamos, tras la lectura de "¿Google nos está volviendo estúpidos?" de N. Carr:
"CULTURA IMPRESA versus CULTURA DIGITAL".
En estos tiempos de cambios tan acelerados, ¿qué concepción saldrá victoriosa? Las nuevas formas de leer, superficiales y yendo rápidamente de una página web a otra, ¿están cambiando nuestra forma de pensar? ¿Se avecina el fin de la lectura tal como la concebimos hoy en día?¿Será posible un mundo sin libros?.......
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