LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN EN LA MODERNIDAD LÍQUIDA
Zygmunt Bauman
Reunión del 22 de febrero de 2011.
“El ser no es” - Enrique dixit. Es de suponer que de esos barros nos vienen estos lodos. Parece ser que no queda nada permanente- a lo mejor ni siquiera esta misma afirmación. Eso que decía Heráclito de que “uno no puede bañarse dos veces en el mismo río” queda demostrado definitivamente. No sólo no es posible, sino que sería una pérdida de tiempo intentarlo. Bauman describe con precisión las características líquidas de la sociedad postmoderna, un tipo de sociedad que Bauman dibuja pero no defiende y que plantea un reto inaudito para la escuela del siglo XXI. La falta de solidez hace que el “compromiso” o la “lealtad” ya no se estilen. La solidez de cualquier cosa se percibe como una amenaza y la capacidad de durar mucho tiempo ya no juega a favor de ningún producto (ni siquiera del conocimiento).
La relevancia de lo enseñado a los alumnos y alumnas queda en entredicho y, más aún, resulta prácticamente imposible saber qué es lo que será útil saber en un futuro (incluso por cercano que éste sea). La educación tal como la entendemos hasta ahora queda desacreditada a los ojos de los más jóvenes y para los educadores supone un excesivo desgaste. La educación “sólida” es sustituida por la educación a lo largo de la vida. Hay tareas (escribir, leer, documentarse, ¿pensar?, …) que se han vuelto desagradables puesto que consumen tiempo.
El tiempo, antiguo valor, es ahora un fastidio: su paso trae consigo pérdidas, no ganancias y por eso hay que estirarlo hasta hacerlo parecer eterno.
Bauman cree que la educación se enfrenta a tres retos fundamentales:
1- Primer reto: El conocimiento se ha convertido en una mercancía, y como tal, se desgasta rápidamente. ¿Por qué iba a ser el conocimiento una excepción? La idea de la educación como valor a conservar y proteger está totalmente devaluada. (pág. 30)
2- Segundo reto: La naturaleza errática e imprevisible del cambio contemporáneo. “El mundo, tal como se vive hoy, parece más un artefacto proyectado para olvidar que para aprender (…) El aprendizaje está condenado a ser una búsqueda interminable de objetos siempre esquivos.” (p.33) En estas circunstancias, ¿cómo podemos prever lo que necesitarán saber nuestros jóvenes en el futuro?
3- Tercer reto: La memoria era un valor. Hoy parece inútil. La educación se modeló a la medida de un mundo duradero que aspiraba a hacerse aún más duradero. Actualmente resulta imposible conservar en la memoria la ingente información disponible y de hecho, la información misma ha llegado a ser el principal sitio de lo desconocido: “todo está aquí, accesible y al alcance de la mano y, sin embargo, insolente y enloquecedoramente distante” (p.44).
Junto a estos retos, Bauman critica en su libro Vida Líquida el enfoque que los organismos internacionales dan a la finalidad de la educación: ajustar los sistemas educativos a las exigencias de la economía, no al desarrollo humano.
Bauman concluye Los retos de la educación en la modernidad líquida indicando dos caminos para preservar el valor de la educación:
- aprender a asignar relevancia a las porciones de conocimiento necesarias en cada momento;
- y preparar a los jóvenes para vivir en un mundo sobresaturado de información.
Cómo hacerlo es el debate que nos debería ocupar a los profesionales de la enseñanza a partir de ahora. (José Ignacio)
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