domingo, 4 de diciembre de 2011

1ª reunión del curso 2011-12


HOWARD GARDNER

LAS CINCO MENTES DEL FUTURO. UN ENSAYO EDUCATIVO.

Gardner comienza esta breve obra comentando que aunque la educación es una institución conservadora, debería cambiar al menos por dos razones: bien porque lo que hay no funciona (sólo hace falta ver las tasas de fracaso escolar); o bien porque las condiciones han cambiado (la globalización, las nuevas tecnologías, etc)

La forma de cambio que propone es desarrollar las cinco mentes que se necesitarán en el futuro: la mente disciplinada, la mente sintética, la mente creativa, la mente respetuosa y la mente ética.

La mente disciplinada permitirá que los alumnos sean capaces de aplicar una comprensión genuina a los problemas nuevos, y que la resolución de un problema no sea sólo fruto de la memoria. Mientras examinemos a nuestros alumnos sólo con problemas que ya conocen, no sabremos si realmente han comprendido. De ahí las dudas sobre el valor de las pruebas estandarizadas, tipo PISA.

¿Qué papel juega la memoria en este nuevo tipo de comprensión profunda? Los datos siguen siendo necesarios, pero estos son fácilmente accesibles hoy día. La mente disciplinada generará el deseo de querer más: “Habiendo mordido el fruto del árbol de la comprensión, lo más probable es que vuelva a é una y otra vez en busca de un alimento intelectual que le deje saciado” (p. 38) La comprensión disciplinaria, “al igual que las experiencias más destacadas de la vida – desde el orgasmo hasta la caridad- genera el deseo de saber más” (p 38)

La mente más preciada será la mente sintética y la forma de síntesis más ambiciosa se producirá en el ámbito del trabajo interdisciplinario. Pero para lograrlo hay que dominar antes el trabajo disciplinario. En un mundo lleno de información, saber distinguir lo fundamental de lo que no lo es será absolutamente necesario

La mente creativa surge de la interacción de tres elementos, no del logro de una sola persona: el primer elemento es la persona; el segundo el ámbito cultural donde trabaja la persona; y el tercero el campo social. Las sociedades que no busquen la creatividad y la innovación quedará atrás. Pero no sólo harán falta personas creativas, también expertos: “Cuando se trata de entrar en un quirófano o de volar en un avión, haremos bien en ponernos en manos de un experto, no de un innovador” (p. 64)

La mente respetuosa debe conseguir que los seres humanos acepten las diferencias, aprendan a vivir con ellas y valoren y respeten a quienes forman parte de grupos distintos al suyo. “Los padres y vecinos, los dirigentes políticos y religiosos, los medios de comunicación populares y todo tipo de organizaciones sociales deberían demostrar y recompensar este respeto. Más aún, deberían premiar a quien muestre respeto y aislar o penalizar de alguna forma a quien no lo haga” (p. 82) En este punto es esencial el papel de modelo que tenemos lo adultos en general y los docentes en particular.

Para definir cómo debería funcionar una mente ética, Gardner se basa en lo que llama “las cuatro M”: “Misión” (qué se intenta lograr con una actividad); “Modelos” (entrar en contacto con personas que encarnen el buen trabajo); “Mirarse al espejo”- versión individual; “Mirarse al espejo”- responsabilidad profesional.

Gardner anticipa en qué orden deberían trabajarse esas mentes: “respeto, aptitudes básicas, disciplina, síntesis y ética”, todas ellas atravesadas por la “creatividad”.

Acaba Gardner diciendo:

“Puede que los ordenadores lleguen a adquirir aptitudes básicas e incluso alguna forma de pensamiento disciplinado. Pero la capacidad de síntesis y la creatividad pertenecen a unos ámbitos inconfundiblemente humanos” (p.112)

José Ignacio del Barco

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