viernes, 27 de noviembre de 2015

Catherine L'Ecuyer- Educar en la realidad - 26/11/15



                                  

El título ya nos anuncia los derroteros por los que desea discurrir  la autora. El mundo real frente al mundo virtual. Un recorrido breve pero intenso por los “neuromitos” tecnológicos que últimamente se presentan como verdades educativas  indiscutibles y que L’Ecuyer se esfuerza en desmontar de forma amena y comprensible.

Parece mentira, pero estamos dejándonos convencer de que una hamburguesa imaginada (virtual) es mucho mejor que una hamburguesa real. Si tuviera hambre, no dudaría de con qué hamburguesa quedarme . De la misma manera, y refiriéndonos a la formación de los niños, ¿no será mejor la experiencia real, mediada por una persona real, que una experiencia virtual, mediada por una pantalla?

L’Ecuyer insiste en la necesidad de la existencia de un modelo de apego efectivo para el correcto desarrollo emocional de los niños. Y ese modelo debe ser una persona real, que será el filtro que matice la realidad, que la de sentido.

Respecto a la capacidad del trabajo “multitarea”  tan valorada en la actualidad, la autora nos desvela que esa capacidad no existe. El pensamiento es secuencial, no trabaja en paralelo. Lo que hace una persona “multitarea” es ir cambiando la atención de una actividad a otra de forma alternativa. Enfocar y desenfocar la atención no supone una ventaja, sino un empobrecimiento de la atención.

La pérdida de la capacidad de mantener la atención es, para L’Ecuyer, uno de los grandes males que aqueja a los niños, a los adolescentes y a la educación en la actualidad. Y junto a los temas anteriores, todos estos otros: la sobreestimulación, el locus control externo, la empatía perdida, la exposición  excesivamente temprana a las nuevas tecnologías, el sentido de la educación, el papel de las tecnologías en las escuelas, la “individualización” de la educación, la banalización de algunos problemas esenciales para la convivencia, la importancia de las relaciones interpersonales, etc.

Un listado muy interesante y completo que sirve de excelente punto de partida para discutir sobre el modelo educativo que estamos construyendo, o que quizás nos estén construyendo las grandes empresas de fabricación de dispositivos multimedia y de distribución de contenidos digitales.

De sus páginas se pueden extraer un gran número de citas para la reflexión:

“Nuestros hijos han de estar rodeados de realidad. A más realidad, más oportunidades de asombro y, por lo tanto, de aprendizaje”

“Las nuevas tecnologías no son una especie de herramienta neutra

“Durante los primeros años lo que más importa para el buen desarrollo de un niño no es la cantidad de información que recibe, sino la atención afectiva que recibe a través del modelo de apego que desarrolla con su cuidador principal”

 “Una conclusión escalofriante de este experto mundial en multitarea es que los que practican la multitarea son enamorados de la irrelevancia”

“Transmitir la hermosura que hay en la verdad y en la bondad no está al alcance de todos; quizá sea eso, al fin y al cabo, lo que distinga a un educador excelente de otro”

“El criterio de la utilidad puede ser una trampa. ¿Útil para qué, para los rankings? ¿Basándose en qué criterio se elaboran? Si la utilidad no remite a los fines de la educación, no tiene sentido. En cambio, si algo es bello, puede que tenga sentido por sí mismo, a pesar de no tener utilidad aparente”

“El colegio debería ser un lugar sagrado, y lo ha de ser precisamente porque se trata de un lugar de encuentro de las personas con la verdad, la bondad y la belleza”

"El ordenador impide el pensamiento crítico, deshumaniza el aprendizaje, la interacción humana y acorta el tiempo de atención de los alumnos. Uno de los padres, el señor Eagle, graduado en Tecnología y parte del Departamento de Comunicación Ejecutiva de Google, dice: «Mi hija de quinto de primaria no sabe cómo usar Google, y mi hijo de tercero de secundaria está empezando a aprender. La tecnología tiene su tiempo y su lugar"

“Lo que no funciona con la educación no se arregla con la tecnología. La cantidad de tecnología no tendrá el más mínimo impacto” (citando a Steve Jobs)

“Para que internet sea una buena herramienta para aprender, o para que uno pueda sacer provecho de una biblioteca de cinco millones de lobros, uno debe tener conocimientos y competencias previas que le permitan saber lo que busca, cómo buscarlo y por qué lo busca”

“Una educación que se realiza a través de la interacción entre un mentor y un aprendiz, por lo tanto, de una educación personalizada, humana. Esa es la educación que será una fuente de ventaja competitiva para nuestros hijos, no la educación individualizada que procede de una tableta inteligente”

“¿No podríamos achacar la cultura generalizada de falta de esfuerzo en nuestros hijos a esas falsas creencias de perfección fácil y exprés? ¿Qué mensaje les damos a los niños que están en edad de escolarización cuando les decimos que pueden aprender “divirtiéndose” con una tableta, y que “es así de fácil”?”

“En la literatura científica se ha utilizado la metáfora del portero de discoteca para ilustrar el papel de la atención. El portero es la atención y la discoteca la memoria de trabajo. La memoria de trabajo es como un almacén temporal en el que se procesa la información atendida, a la que prestamos atención. Los estudios demuestran que prestar atención es clave para que la memoria de trabajo funcione. (…) Si el portero no hace una buena selección de quién puede entrar y quién no, entonces la discoteca (metáfora de la memoria de trabajo) se colapsa”

“Podemos decir que la crisis educativa actual, en gran medida, es una crisis de atención”

“Por las horas que pasan delante de las pantallas, algunos niños pueden tener un déficit de realidad”

"Cambiaria toda mi tecnología por una tarde con Sócrates" (citando a Steve jobs)

“(…) Niños “teflón” (…) A esos niños nada les afecta, nada les asombra, nada les importa. Con niños así, la educación se hace imposible tanto para los padres como para los maestros. Por ese motivo, los únicos métodos que quedan para mover a esos niños son conductistas- sobreestimulación, repetición, memorización, jerarquía como única fuente de sabiduría- y entre los últimos recursos que quedan para motivarlos artificialmente están las pantallas, cuya novedad y formato fascinan y enganchan al niño. Pero se trata de un parche; cuando as retiramos, nos encontramos de nuevo con los retos educativos de siempre”

“Como decía Huxley: la experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”

“Se suponía que la tecnología revolucionaría la educación. Pero nunca ha cumplido con esa promesa. Y no lo hará. ¿Por qué? Porque la educación no es verdadera por ser revolucionaria, sino revolucionaria por ser verdadera”

José Ignacio

EDUCAR EN LA REALIDAD, de Catherine L'Ecuyer- 26/11/15



 Obviedades

                                                                    en la realidad...

       Saber utilizar una tableta digital , un teléfono inteligente, no hace a nadie más inteligente .


      Presenciar que estas habilidades son prontamente adquiridas por niños inocentes, quizá  produzca gracia, pero a él no le hacen más inteligente . Los medios tecnológicos son eso , medios y como tales sólo instrumentos para conseguir algún fin . Confundir los medios con los fines es el comienzo del olvido de lo importante.


        El uso de herramientas tecnológicas  debe tener espacio en la educación de nuestros alumnos pero no lo olvidemos , escribir lo hacemos todos pero pocos son  los  escritores.

Enrique




7ª TEMPORADA

¡Ya estamos de vuelta!
Comenzamos esta temporada con el libro de Catherine L'Ecuyer, Educar en la realidad.

lunes, 1 de junio de 2015

LECCIONES INOLVIDABLES (Stand and Deliver)- 28 Mayo 2015

LECCIONES INOLVIDABLES (Stand and Deliver) (1988)



Lecciones Inolvidables” es la historia real de un profesor que lucha contra el sistema y … ¿gana?
Jaime Escalante (Edward James Olmos) trabaja como profesor de matemáticas avanzadas en un instituto de Los Ángeles en California, con el objetivo de que alumnos hispanos provenientes de entornos desfavorecidos consigan aprobar el examen de cálculo que les permita acceder la universidad.
Sus 18 alumnos superan la prueba y la administración educativa sospecha de los resultados. Tras una investigación, les obligan a presentarse de nuevo al examen. Todos aprueban por segunda vez.
El propio Escalante dijo de la película que era un “90% verdad y un 10% drama”. Lo que el largometraje no refleja es el largo camino- años- que tuvo que recorrer para lograr ese éxito. De hecho, en el primer año de docencia de cálculo avanzado, sólo 5 de los 14 alumnos que comenzaron el curso permanecieron hasta el final, y de estos, sólo dos consiguieron aprobar el examen.
El programa aplicado en el Instituto Garfield, exitoso en los años siguientes, declinó rápidamente tras la marcha de Escalante, provocada por conflictos con la administración del centro y los sindicatos de enseñanza (ratios, horarios, etc).
Que el programa desaparezca con la marcha de Escalante es reflejo de la situación de muchos proyectos educativos en nuestros institutos que, desgraciadamente, se pierden cuando la persona encargada de llevarlos a cabo se va. Y es así porque muchos de los proyectos más interesantes se llevan a cabo a pesar de las administraciones y gracias, como en tantas otras cosas, al voluntarismo de los docentes. Es preocupante comprobar cómo experiencias muy positivas y de gran impacto sobre los alumnos no se consolidan en el tiempo. Como dice Escalante en la película, para que las cosas funcionen sólo hace falta “ganas”, o dicho de otra forma, “vocación”.
Quizá la única duda que nos plantea la película es si la búsqueda de éxito del programa pueda en algún momento deberse más a satisfacer la vanidad del docente que a un interés auténtico por los alumnos. De hecho, Escalante sacrifica su vida familiar y sufre una grave enfermedad probablemente por la excesiva implicación en el programa.

En cualquier caso, es una película auténtica e interesante que resalta- cuánta falta hace en estos momentos-  la importancia de una buena educación. 

José Ignacio

miércoles, 15 de abril de 2015

El Professor

McCourt, Frank  (2005). El professor. Editorial Bromera. Alzira (València).

La lectura d’aquest mes és un recull d’experiències com a professor en centres d’educació secundaria a Nova York amb referències constants a la seva infantesa irlandesa.

És molt fàcil sentir empatia amb el professor McCourt. En primer lloc m’he sentit identificat en moltes de les situacions que es donen dintre de l’aula. En segon lloc en algunes de les referències centrades en l’ensenyament catòlic irlandès que li va deixar un sentiment permanent de culpa, de pecat i de por; o la concepció de proximitat al dimoni que es tenia de les persones que escrivien en l’esquerra en les escoles catòliques irlandeses (valencianes, espanyoles...?).

He gaudit amb la lectura novel·lada d’una vida professional dedicada a l’ensenyament. Les vivències pedagògiques de l’autor van modificant-se al llarg del llibre a mesura que va passant pels centres de formació professional fins que arriba al centre Stuyvensant on hi ha una selecció prèvia dels estudiants. Com a professor de llengua que llig i corregeix molts textos té una visió guiada de la vida de les famílies americanes i de la seva procedència molt diversa

Per a mi, alguns del moments suggerents són: la utilització dels justificants com a material pedagògic per treballar l’escriptura; els dies de portes obertes; la relació de parella entre un xic de procedència italiana i una xica irlandesa que acaba amb la palissa que rep l’italià per part d’un grup de xics irlandesos (situació que variant la procedència de les persones ha passat recentment en el nostre centre); la desaparició del problemàtic Kewin en Vietnam; l’eixida al cinema amb un grup de xiques afroamericanes; el concepte de professor dur que guia la classe cap a una solució matemàtica elegant i el concepte de professor que fa preguntes, suggeriments i que provoca confusió per motivar l’alumnat; les receptes de cuina i la música, la tasca de les autoritats que vigilen la programació; ...

Acabaré el comentari del llibre senyalant dues de les moltes preguntes que apareixen al llarg del llibre.

Una pregunta li fan els estudiants al professor McCourt: “Com és que parla anglès si ve d’un país estranger que no és Anglaterra?”. Aquesta pregunta llegida per una persona que viu en un país amb una problemàtica permanent pel nom de la llengua (català o valencià?) fa que la resposta que dona el professor McCourt siga magnífica i molt didàctica.

L’altra pregunta se la fa el professor McCourt al reflexionar sobre quina és la seva tasca com a professor. Reflexió necessària en la doble vessant de personal i col·lectiva.

Podria ser que aquest club de lectures pedagògiques formarà part d’eixa necessitat de reflexió col·lectiva sobre la tasca del professor.


Joan Pons

lunes, 13 de abril de 2015

26 de marzo de 2015

EL PROFESOR
Frank McCourt


Basado en sus experiencias como profesor en varios institutos de educación secundaria en Nueva York entre los años 60 y 90, algunos de los fragmentos, situaciones y reflexiones que citamos a continuación nos resultan curiosamente familiares, a pesar de la distancia geográfica y del tiempo transcurrido:


Entonces, ¿por qué tardó usted tanto? (*en escribir un libro). Porque estaba enseñando: por eso tardé tanto. No en un  colegio universitario ni en una facultad, donde uno tiene todo el tiempo del mundo para escribir y para otras diversiones, sino en cuatro institutos públicos de Nueva York. (…) Cuando impartes cinco clases de instituto al día, cinco días a la semana, no vuelves a casa con la idea de despejarte la cabeza y crear prosa inmortal. Después de cinco clases tienes la cabeza llena del barullo del aula. (p. 11)

Los periódicos te pedirán a ti, un simple profesor de secundaria, tu opinión sobre la educación. Esto será un notición: a un profesor de secundaria le piden su opinión sobre la educación.  Caray. (p. 14)

Los profesores de pedagogía de la Universidad de Nueva York nunca hablaban en sus lecciones de cómo resolver las situaciones de bocadillos voladores, (…) nunca de los momentos críticos en el aula. (p. 25)

¿Y usted se consideraba profesor? Yo no me consideraba nada. Era más que un profesor. Y menos. En el aula del instituto era sargento instructor, rabino,  paño de lágrimas, ordenancista, cantante, erudito de poca monta, administrativo, árbitro, payaso, consejero, controlador de vestuario, director de orquesta, apologista, filósofo, colaborador, bailarín de claqué, político, psicoterapeuta, bufón, guardia de tráfico, sacerdote, madre-padre-hermano-hermana-tío-tía, contable, crítico, psicólogo, el último asidero. (p. 29)

Yo aprendí por prueba y error, y pagué el precio. (p. 30)

Estás con ellos día va, día viene, y ni te figuras, Mac, el efecto que tienen esto sobre tu mente. Adolescente para siempre. (p. 46)

Hacer frente a docenas de adolescentes todos los días te hace poner los pies en la tierra. A las ocho de la mañana a ellos les da igual cómo te sientas. Piensas en el día que tienes por delante (…) no hay escapatoria.  Están allí, y tú estás aquí, con tu dolor de cabeza, , tu indigestión, con ecos de la discusión que has tenido con tu cónyuge, con tu amante, con tu casero, con tu hijo insoportable que quiere ser Elvis, que no agradece nada  de lo que haces por él. (p-86)

Toda clase tiene su química. Hay clases que se disfrutan y se esperan con interés. Ellos saben que los aprecias y, a cambio, te aprecian a ti. A veces te dicen que la lección ha estado muy bien, y tú te sientes el rey del mundo. Esas cosas, de alguna manera, te dan energía y ganas de pasarte el camino de vuelta a casa cantando.  (p. 98)

Una nota de disculpa no es más que uno de los elementos de la vida escolar. Todo el mundo sabe que son obras de ficción, así que ¿para qué darle tantas vueltas? (p.106)

No se tiene respeto a los profesores que te mandan al despacho del director o llaman a tus padres. Si no eres capaz de resolverlo tú solo, ni siquiera deberías ser profesor. (. 116)

Qué pena- dijeron. Algunos de estos chicos se caen por las fisuras del sistema, pero ¿qué demonios puede hacer el profesor? Tenemos clases numerosísimas, no tenemos tiempo, y no somos psicólogos. (p. 125)

Las ideas que pudieran tener procedían de la avalancha de medios de comunicación de nuestro mundo. Nadie les había dicho que tenían derecho a pensar por sí mismos. (p. 148)

“No lo sé”. Ponen cara de sorpresa, hasta de asombro, e intercambian miradas de asombro por todo el aula. (…) Es un momento intenso. El profesor confiesa su ignorancia, y la clase se queda en silencio por la impresión. Quítate la máscara, profe, y qué alivio.  Se acabó el Señor Sabelotodo.  (p. 160)

Lo que me plantea un desafío es la indiferencia. (p. 181)

También los profesores aprenden. Después de pasar años en el aula, después de encontrarse cara a cara con miles de adolescentes, tienen un sexto sentido respecto a todos los que entran en el aula. (p. 183)

He aquí la situación de los centros de enseñanza públicos: cuanto más lejos estés del aula, mayores son las remuneraciones económicas y profesionales. (p. 193)

Cuando se hundió mi matrimonio, yo tenía cuarenta y nueve años (…) la enseñanza me obligó a olvidarme de mis problemas (…) en el aula tenía que seguir adelante con mi actividad. (p. 239)

Al principio de cada curso decía a los nuevos alumnos de Creación Literaria: “Estamos metidos en esto juntos. Vosotros, no sé, pero yo esta asignatura me la tomo en serio, y estoy seguro de una cosa: al final del curso habrá en esta aula una persona que habrá aprendido algo, y esa persona, amiguitos, será yo” (p. 241)

“¿Qué es la educación, en todo caso? ¿Qué estamos haciendo en este instituto? Vosotros podréis decir que queréis graduaros para ir a la universidad y prepararos para una carrera profesional. Pero, compañeros estudiantes, es algo más que eso. Yo he tenido que preguntarme a mí mismo qué demonios estoy haciendo en el aula. He llegado a expresarlo con una ecuación”. Escribo a un lado de la pizarra una M mayúscula, a la derecha una L mayúscula, y trazo una flecha de izquierda a derecha, que va del MIEDO a la LIBERTAD. “No creo que nadie alcance la libertad completa, pero lo que intento hacer con vosotros es conseguir que el miedo se refugie en un rincón.” (p. 307)

McCourt, Frank (2011). El Profesor. Madrid: Embolsillo.






lunes, 2 de febrero de 2015

VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS

29/ enero/ 2015

VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS

Entrañable, amable, bondadosa, benévola… pero sobre todo fiel reflejo de las costumbres y la vida de una época aún cercana y que seguro recordarán vívidamente aquellos que nacieron un poco antes de los sesenta.
Relato de un viaje en busca de John Lennon en el que el "famoso" –Lennon- no es el protagonista, sino los personajes con papeles secundarios en la vida: un profesor de inglés y sus dos acompañantes adolescentes. Un viaje en el que coinciden tres personajes con motivaciones diferentes pero que se alían para conseguir que Javier Cámara- estupenda interpretación la suya- consiga su objetivo: hablar con Lennon para preguntarle por las palabras de las canciones que no consigue entender y que no puede buscar porque los LPs no incluyen aún las letras.
Viaje circular de ida y vuelta para todos los personajes: el profe que vuelve a su aula con los cuadernos de las letras de los Beatles completas; el chaval de 16 años que regresa a casa tras demostrar su rebeldía; y una menor embarazada que vuelve con su familia.
El título nos provoca una doble interpretación: vivir es fácil con los ojos cerrados… ¿porque de esa manera la vida es sólo un sueño, y eso es lo fácil? ¿O quiere decir  lo contrario, que no nos debemos conformar con lo fácil -cerrar los ojos-, sino que debemos abrirlos para ser plenamente conscientes de la realidad, y así poder cambiarla?
Y por otra parte, siendo una película afable, logra también hacer visible la tremenda violencia soterrada que existía en esos años: el acosador de mujeres, la resolución de conflictos familiares a base de tortazos, el hambre y la pobreza en el sur, o los castigos corporales en la escuela.
El personaje de Javier Cámara nos resulta cercano porque es un personaje con una misión, pero no un héroe- lo más revolucionario que hace es destrozar un huerto de tomates con su Seat 850.

Y algunas frases para reflexionar:
“Tener un mal profesor te ayuda a tomar decisiones por ti mismo”.
“Hay canciones que te salvan la vida”.
“Cuanto más nos alejamos de las cosas, menos nos importan”  (¿Nosotros estamos alejándonos de los alumnos, o ellos de nosotros?.....).
"La gente aprende cuando tiene una motivación intrínseca".


PD: no hay que perderse la última escena tras los títulos de crédito. El profesor en el aula vacía, esperando la llegada de sus alumnos, y en la pizarra la frase de Lennon: “Living is easy with eyes closed”.
José Ignacio

Sinopsis (Wikipedia)
Vivir es fácil con los ojos cerrados es una película española de 2013 escrita y dirigida por David Trueba. Se inspira en la historia real de Juan Carrión Gañán, un profesor de inglés que en 1966 viajó a Almería, cuando John Lennon visitó la ciudad andaluza con motivo del rodaje de la película Cómo gané la Guerra. Antonio (Javier Cámara), fan incondicional del cuarteto de Liverpool y profesor de inglés en un humilde colegio de Albacete, que usa las canciones de los Beatles para enseñar inglés, decide emprender el viaje para conocerlo y hacerle una inusual petición. En la ruta, se cruza con Belén (Natalia de Molina), que se ha escapado de la turbia reclusión a la que está sometida por su familia y por el entorno social del país, ya que tiene 20 años, pero carga con un pasado del que huye. Ambos se tropezarán con Juanjo (Francesc Colomer), un adolescente de 16 años, que se ha fugado de casa en plena rebeldía juvenil y enfrentamiento con su padre (Jorge Sanz), conservador, poco tolerante y poco afín a los cambios. La libertad y los sueños son los ejes centrales del viaje en el que no sólo encontrarán al cantante, sino también a ellos mismos. 

PRÓXIMA REUNIÓN: El Profesor, de Frank McCourt